jueves, 9 de agosto de 2012

I

Buenas noches grandullón,
Yo sé que hace mucho tiempo que escondo todo esto que siento, 
que intento mentirme a mi misma, no darme cuenta de lo que aún siento por tí,
es por esto que decidí volver a escribirte, como antes, decidí que los sentimientos regresaran a mi, para poder volver a llenar espacios en blanco, espacios que antes llenaba solo con letras, ahora los inundaré con sentimientos, pues mi pecho ya se ahogó bastante entre tantas lágrimas que derramé, supongo que pretendo darle un respiro, desahogarme con esto o quizás aún guarde la esperanza de que estés ahí, perdido sin el ángel al que tanto decías amar, al que prometiste el mismísimo cielo, que de promesas rotas dejaste tras de ti , que de páginas en blanco quedaron en nuestra historia, en nuestro cuento de hadas, no quiero decir que quisiera ese "y fueron felices y comieron perdices", no, lo nuestro prometía ir más allá, prometía sobrepasar el infinito, sobrepasar las barreras de todo lo conocido, pero solo eran eso, como bien he dicho, promesas, eternas promesas que jamás llegarán a ser ciertas, por que nos dejamos vencer en la batalla final, ahora contéstame, ¿De qué nos sirvió ganar tantas batallas?
Me encantaría volver a abstraerme de examinar mis propios sentimientos, pues son tantos ahora mismo, que siento que me asfixio, se congregan intentado salir al mismo tiempo por mi garganta, todos ambiciosos por gritar al unísono, de tal modo que solo soy capaz de proferir un gemido ahogado, incapaz de articular si quiera una misera palabra.
Sin demorar más, me despido, de otro día más sin ti.

Dulces sueños, my dear protected boy.

XXX

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