III.

Fallé, te fallé, sé que no solo fui yo, pero aún hoy arrastro este sentimiento, arrastro la culpabilidad, me culpo por no haber resultado ser lo que tu me llamabas, aparentemente tan convencido de ello, me llamabas de ese modo como cualquier otra persona me llama por mi nombre, no sé si lo sigues creyendo así, sinceramente no lo creo, de ser así seguiría ahí, a tu lado, para ocuparme de protegerte de todo como muchas veces antes pretendí. 

Mis sentimientos hacia ti se basan en un montón de contradicciones, me frustra tanto todo esto que cuesta más de lo normal que fluyan las palabras y es que quiero o necesito escribirlo pero al mismo tiempo quiero dejar el ordenador de lado, tirarme en la cama y pensar en nada, procurar dejar mi mente en blanco para alejarme de todo esto, lo entiendo pero a la vez no puedo hacerlo, porque fuiste de lo más importante, por ti es que hoy en día soy así, lo llevo bien, he mejorado desde aquél mismo instante, mis sentimientos no se pueden destruir, al igual que la energía, se han transformado, pero tengo esas recaídas que dudo si algún día querrán abandonarme y dejarme vivir en paz al fin, para que mentir, tampoco quiero eso, porque como he dicho antes, al fin y al cabo formas parte de mi, parte de mi ayer... 

Quisiera que pudieras leer esto y a la vez me lamentaría de que lo hicieses, volver a tu vida y desaparecer por completo de ella, recordarte y olvidarte, quererte y odiarte... Como puedes ver mis sentimientos se oponen los unos a los otros.

En mi interior se esta desatando una nueva tormenta provocada por todo esto, por el cariño que hoy siento hacia ti, que va más allá de eso, es el cariño propio que se le puede tener a un hermano, es esa necesidad de protegerte y el no poder hacerlo me mata, al igual que cargar en mi conciencia con el peso de que yo misma fui la que te dañó una vez, si fue cierto todo aquello, si realmente nunca me mentiste...  prefiero creer en ti, creer que así fue, no encuentro palabras, no encuentro una buena comparación para explicarte lo importante que sigues siendo para mi, no creo si quiera que puedas llegar a comprender una mínima parte de esto, de porque después de tanto tiempo sigo buscando desesperadamente un modo de poder saber de ti, sin que tu sepas nada. 

Permiteme poner en duda tus palabras,

dudar de si realmente era un "ángel sin alas".

XXX.