domingo, 25 de noviembre de 2012

Aquella noche.

Como un yonkie al que se le acaba la droga para alcanzar el estado que tanto ansía, que desesperadamente busca un sustituto a este que le pueda llevar a tal punto o a uno semejante, cualquier cosa que le evada de este mundo y todo el dolor que produce, algo que llene el vacío que tal vicio le ocasiona, una noche más paseando por esas calles repletas de gente del centro de la cuidad, con los tacones más altos que encontró en su armario y la cara embadurnada de maquillaje a más no poder, buscando cual yonkie lo que sería una misera calada de un cigarro, no es lo que busca, pero tal vez pueda ayudar en algo, buscando "el amor" en cada rostro que le aparece de frente, le podemos llamar así pues solo busca su mirada mas sabe que no lo encontrará en ninguna parte. El vestuario parece dar resultados, logra captar la atención de un joven que casualmente paseaba a solas por las calles dándole de vez en cuando una calada al cigarro que llevaba en la mano, se detiene frente a ella, desprendía un intenso olor a colonia, este le sonríe y pregunta intentando parecer interesado por sus motivos para caminar a esas horas de la noche sin compañía, la conversación carecía de interés para ambos, los dos sabían que habían salido a buscar esa noche, porque deambulaban por las calles a tales horas, despreocupadamente, sin mirar sus relojes, porque nadie les esperaría en casa esa noche, carecían de amor y pretendían ilusamente saciar sus vacíos con el sexo, olvidar momentáneamente con una noche de placer, sabían que sentir el contacto, el calor, de cualquier otra persona no solucionaría sus problemas, que alguno de los dos habría desaparecido a la mañana siguiente, arrepentido, antes de que la tenue luz del sol de las primeras horas de la mañana comenzase a entrar por la ventana, que tal vez querrían borrar ese número de su calendario o que esto les conduciría a buscar otras "drogas" con las que olvidar o seguir autodestruyendose, pero aquella noche eran simplemente dos yonkis victimas de la falta de la droga más potente del mundo, del amor, el desamor.

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